El hombre solo puede tomar consciencia del verdadero sentido de su vida y todo lo que ella conlleva, cuando puede tomar consciencia del verdadero sentido de su muerte y todo lo que ella conlleva, por eso es necesario que haciendo uso de su libertad, decida de manera consciente y responsable la forma de vida que desea tener para que pueda en su fin último alcanzar aquello que ha elegido libremente para la eternidad.
Se nace para morir; es la única realidad que todo ser humano comparte, y lo normal es que se muera de la misma manera en que se ha vivido; y el cómo se llega a este momento obedece en gran parte a la idea que cada persona tiene sobre la muerte y lo que ha de venir después. La muerte conecta inevitablemente al individuo con una idea de continuidad o no, y es de la forma en que esta creencia exista de manera consciente o inconsciente que definirá en gran medida el sentido que le dé a su vida y la forma en que invertirá su tiempo, sus talentos y los recursos humanos de que disponga. Por ello es de gran importancia que las personas tomen consciencia de su vida espiritual y de su capacidad de trascender.
No se puede negar que el sentido de la vida está íntimamente ligado a la visión de la muerte, y por lo tanto son los principios religiosos los que establecen cuáles son los aspectos trascendentes e intrascendentes de la vida terrenal de la persona que le permitirán alcanzar una plenitud en la vida eterna después de la muerte. Todos los seres humanos tienen un espíritu es decir son seres espirituales por naturaleza y por lo tanto tienen en esta área necesidades que requieren ser cubiertas, parte de estas necesidades es el saber porque y para que existen.
LA RESURRECCIONMt 22,30; Mc 12, 25: En la resurrección, ni ellos formaran mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo
Y así llegamos al Hombre escatológico. Los saduceos no creían en la resurrección, Jesús les dice que Dios, no es un Dios de muertos, sino de vivos. El poder de Dios hace posible la resurrección de los cuerpos. Ellos no conocen las escrituras y tampoco el poder de Dios. En esta tercera parte del tríptico antropológico, Juan Pablo II nos hace énfasis que en el cielo la dimensión de la persona humana será y tendrá un sentido diferente al del matrimonio entre hombre y mujer; sus sexualidad y sus cuerpos dejaran de tener un sentido reproductivo, pero seguirán siendo hombre o mujer.
La revelación hace alusión al cielo como un banquete de bodas en que Cristo es el esposo y la persona humana (su iglesia) la esposa; así se nos da a entender que el desposorio definitivo en el cielo será entre la persona humana y Cristo, y que este será de manera diferente al de la tierra, en un cuerpo glorioso diferente al del mundo, un cuerpo que Dios restaurará de tal forma que ya no morirá, ni estará expuesto a la corrupción, a la enfermedad, ni a la muerte. Hombre y mujer volverán a tener plena conciencia de su dignidad y habiendo aceptado libremente a Dios serán glorificados y vivirán plenamente para siempre en el amor y en la presencia del creador, ahí que sus deseos más profundos de amor serán saciados totalmente para la eternidad.
Como se ha visto en el hombre original, el ser humano no fue creado para la muerte, sino para la vida, pero esto fue truncado por el pecado; sin embargo Dios nos revela que la muerte no es el fin último del hombre histórico, sino el tránsito hacia una vida nueva donde la persona será restaurada en cuerpo y alma, y alcanzara la visión beatífica que ha ganado en el cielo si ha elegido a Dios en su vida, por eso la doctrina de la iglesia católica nos dice que la persona en el momento de la muerte experimentará un juicio particular (CIC 1021, 1022), para determinar a qué lugar le corresponde ir en la vida eterna: purgatorio (CIC 1030,1031), cielo (CIC 1024) o infierno (CIC 1035, 1037); esto es una parte fundamental de la doctrina de la iglesia católica que hoy se promueve poco y de lo cual es importante tomar consciencia, ya que de lo contrario las personas solo tienen una visión parcial de la vida. Y aunque sabemos que la voluntad de Dios es que todas su criaturas se salven, el respetara la decisión personal de cada uno.
La vida después de la muerte es un misterio del cual solo es posible tener una referencia por lo que la revelación permite conocer, ya que por la limitada naturaleza humana este misterio cómo otros esta velado en muchos sentidos para la persona histórica.
El hombre actual tiene una visión muy errada de su destino final y por eso vive muchas veces en una angustia intensa y constante ante la posibilidad de morir, lo que lo lleva a buscar principalmente una seguridad fundamentada en el bienestar, los placeres y los bienes temporales que muchas veces no logran hacerlo feliz y solo lo llevan a sentirse más vacío y extraviado, al grado en que incluso pueden llevarlo a la perdición de su salvación en la vida eterna; por su reducida conciencia la criatura puede caer en el error de considerarse más como un cuerpo que como un ser espiritual encarnado. Así el mundo ésta orientando a las personas a distorsionar el sentido de su vida pasada, futura y presente por las ideas que se promueven por la modernidad de un pensamiento fuertemente ligado a ideas contrarias a la sana doctrina de la iglesia de Cristo
La resurrección no solo significa la recuperación de la corporeidad y el restablecimiento de la vida humana en su integridad, es un estado totalmente nuevo de la misma vida humana en cuerpo y alma. El hombre en el otro mundo será no solo un estado de perfecta espiritualización sino de fundamental divinización de su humanidad (participación de la naturaleza divina y de la vida íntima de Dios mismo).
La comunión escatológica estará alimentada por la visión cara a cara con el creador, donde la persona podrá experimentar y contemplar la comunión perfecta, la comunión trinitaria de las personas divinas. De la visión cara a cara, nacerá en la persona un amor de tal profundidad y fuerza de concentración en Dios mismo, que absorberá completamente toda su subjetividad psicosomática, y que dará lugar a la definitiva realización del significado esponsalicio del cuerpo de la persona tanto para el hombre como para la mujer
El corazón humano del hombre histórico, se encuentra entre el anhelo de aquello para lo que ha sido creado y aquello para lo que ha sido destinado de ahí su incapacidad de vivir en plenitud; y aunque el matrimonio es el signo que apunta en la tierra a la realización del matrimonio celestial no logra dar una satisfacción total a las personas, por eso Jesús nos dice que este se dará de manera plena y diferente en el cielo, donde el hombre vivirá eternamente la comunión de los santos y el desposorio celestial; y será impregnado de Dios y se entregara plenamente a EL para ser revestido del AMOR ETERNO.
1 Cor 2,9: como está escrito: "COSAS QUE OJO NO VIO, NI OIDO OYO, NI HAN ENTRADO AL CORAZON DEL HOMBRE, SON LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LO AMAN."