El objetivo de este espacio es difundir de manera práctica la riqueza del análisis que hace de la persona humana la Teología del Cuerpo desarrollada por San Juan Pablo II. Este espacio busca brindar información de fácil comprensión que puede servir de apoyo a aquellos que están interesados en generar una mejor versión de sí mismos, para realmente convertirse en un DON para los demás, para sí mismos y para él mundo; la Teología del Cuerpo y del Amor Divino brinda elementos que permiten reconstruir en la persona humana conceptos que pueden estar dañados o distorsionados generando ideas equivocadas sobre Dios y sobre la criatura humana, para que puedan sean remplazados por otros que son auténticos y que facilitan la posibilidad de que la persona pueda reencontrarse con su verdadera esencia, y pueda así tener acceso a una vida más funcional y plena, no solo en la vida terrenal sino también en su fin último, que es la vida eterna después de la muerte.
VISIONEn un tiempo donde reina la confusión y el relativismo, es necesario que las personas que están interesadas en trabajar en su desarrollo humano, cuenten con elementos prácticos que les permitan generar un adecuado conocimiento de sí mismos de manera integral, es decir considerando todas sus dimensiones. La teología del cuerpo proporciona desde una visión integral cristiana fundamentada en una antropología adecuada, elementos que ayudan a sanar heridas que han sido provocadas por experiencias dolorosas experimentadas a lo largo de la vida que han distorsionado la identidad y personalidad del individuo.
Es una realidad que detrás de una persona sana y funcional existe un esfuerzo constante que le permite mantenerse consciente de la verdad y de la realidad; ya que de lo contrario se corre el riesgo de dejarse llevar por ideas irreales y poco saludables que impiden al individuo vivir en la verdad. De ahí la importancia de realizar constantemente un trabajo personal que nos permita vivir de una manera adecuada para poder establecer relaciones sanas y funcionales basadas en el amor, el único bien trascendental que puede dar plenitud y sentido a la vida de todo ser humano.
El desarrollo de una personalidad sana no es fácil, requiere de la formación de una identidad funcional que le permita al individuo desarrollarse en todos los ámbitos buscando los bienes trascendentales y no solo los temporales. Hoy se vende cada vez más la idea de que el ser humano es una criatura que esta al mismo nivel que los animales y que solo puede ser feliz cuando consigue vivir en el placer y el poder, es decir la imagen es la de una criatura regida por sus instintos que considera que su dimensión espiritual si es que existe solo se limita a una energía amorfa; sin embargo todos ser humano sabe en lo más profundo de su ser que esto es falso; y se puede ver cada vez más como estas ideas que rápidamente se esparcen están generando en los individuos y en las sociedades destrucción y caos, ya que provocan que los seres humanos se desconecten de su vida interior y por lo tanto de la verdad, lo que genera insatisfacción, vacíos, miedo e incertidumbre.
Debido a que el ser humano es una criatura espiritual y no solo corporal, necesita entender cuál es realmente el sentido profundo de su vida para poder vivirlo en plenitud, pero también conocer cuál es su origen y su destino final que se encuentra en la vida que existe después de la muerte; de ahí la importancia de recuperar la consciencia de la dimensión espiritual de la persona humana que muchas veces se encuentra bloqueada o relegada a un segundo plano, ya que solo así la persona podrá trabajar y desarrollar esta dimensión de manera adecuada para poder tener una vida más plena y auténtica, sin tanto temor a la muerte pero también si tanto temor a la vida.
La teología del cuerpo, no agrega ni se contradice en nada con la doctrina de la Iglesia Católica, pero si le da un orden y una profundidad que nos permiten entender de mejor manera la propia historia de vida, a nivel corporal, conductual, moral, sicológico y espiritual, es decir de manera integral, ya que todos estos aspectos están fuertemente ligados; así el individuo puede tener elementos que le permiten evaluar su propia vida y reconstruirla de una mejor manera cada vez que sea necesario, ya que de lo contrario seguirá viviendo de acuerdo a las ideas incorporadas en las primeras etapas de la vida que pueden corresponder a una percepción que puede ser altamente irreal o incluso tóxica, si es que la persona fue criada en familias y ambientes mediana o altamente disfuncionales; de ahí la importancia de poder incorporar un nuevo conocimiento sobre quien es el ser humano en realidad y para qué existe, un conocimiento que permita el desarrollo y la sanación del individuo para que pueda desarrollar una mejor versión de sí mismo en esta vida terrenal que trasciende a una vida futura que es eterna y definitiva.
Todos ser humano está expuesto constantemente a las adversidades de la vida, y por lo tanto necesita contar con herramientas que le permitan mantener y mejorar o incluso reconstruirse como persona para funcionar de manera adecuada, para realizar los cambios que considere pertinentes para poder salir de los baches y seguir adelante o simplemente no retroceder, por eso es no solo conveniente sino necesario tener una hoja de ruta como la que nos brinda la Teología del Cuerpo para recordar constantemente cual es el plan que el creador ha planteado para su criatura en el origen, para su transitar por el mundo y finalmente alcanzar su destino final en la vida eterna. Conocer este plan de manera adecuada le permite a la persona aceptar su realidad como criatura y sentirse más segura y plena en un mundo que está lleno de desorden e incertidumbre, sabiendo que la vida de todo ser humano va mucho más allá de una dimensión corporal que pertenece al mundo material y que es temporal pero determinante para la vida futura.
DESARROLLO HUMANOEl desarrollo humano se define como la capacidad de desenvolvimiento de habilidades físicas y psicológicas que nos permiten reconocer las emociones y sentimientos a través de la inteligencia emocional, aprendiendo a controlar impulsos, a saber diferenciar entre lo bueno y lo malo, aprender a tolerar la frustración, etc. Estas habilidades buscan agregar mayor valor a la vida y a la sociedad. Gracias al desarrollo humano, se forma una sinergia en donde todos se benefician de las mejoras de la otra persona.
Hoy en día existen y se promueven múltiples herramientas con el fin de apoyar a las personas que quieren o necesitan trabajar en su desarrollo humano; y es una realidad que muchas personas sin darse cuenta se involucran en ellas sin conocer cuál es la perspectiva y orientación antropológica y filosófica con la que han sido desarrolladas. Todo aquel análisis que corresponde a la persona humana tiene fundamentos antropológicos, filosóficos y muchas veces religiosos que establecen las bases que lo sustentan; por lo que no es solo conveniente sino necesario que las personas investiguen y tomen consciencia sobre cuál es la orientación que tiene aquello en lo que se involucran para saber hacia donde los está dirigiendo la herramienta en la cual pretenden apoyarse para su desarrollo personal, sicológico y espiritual y asumir la responsabilidad que esto puede conllevar.
Muchas herramientas en la actualidad están fundadas o apoyadas fuertemente en bases antropológicas o filosóficas que tienen raíces orientales o existencialistas donde el concepto de la persona humana es totalmente diferente o incluso opuesto al que proponen la antropología y la filosofía cristianas; de ahí que promuevan una imagen de la persona muy diferente; en estas disciplinas el concepto de la vida, de su origen, de su curso, de sus objetivos y de su destino final son totalmente diversos y casi siempre diferentes a los de la doctrina de la iglesia católica.
Al no existir un Dios que es persona, familia y amor y por supuesto una criatura sagrada hecha a su imagen y semejanza, los conceptos en los que se centra el desarrollo humano van desde un absurdo del cuerpo, de la vida y del dolor como corresponde a las corrientes budistas e hinduistas hasta un hombre que puede ser dios; el amor, el perdón, la fe, la esperanza, la caridad, el sufrimiento y la vida eterna tienen conceptos en nombre muchas veces iguales a los del cristianismo pero en la práctica totalmente diferentes y muchas veces incluso opuestos, lo que genera aun mayor confusión en el mundo y en las personas.
Las ideas de autorrealización y empoderamiento se venden al por mayor, y esto provoca un mayor grado de dificultad para establecer relaciones interpersonales de amor profundas, duraderas y auténticas; las personas enaltecen su ego y algunas veces logran conseguir éxito y bienestar, pero a largo plazo solo pueden establecer relaciones de conveniencia, lo que les aleja o le impide establecer relaciones de amor y formar comunidades de vida.
La libertad es uno de los atributos principales de la persona humana, así que cada quien es libre de decidir hacia donde desea enfocar sus esfuerzos para tener una vida más plena; pero si es importante que esta decisión sea tomada de manera consciente y responsable por lo que es recomendable que se investiguen y analicen este tipo de aspectos de las herramientas que se utilizan para hacer un trabajo de sanación y desarrollo humano que corresponda a lo que están buscando.